Mensaje de Wiñoy Xipantu
2015 del Príncipe Antonio IV de Araucanía
y Patagonia a la Nación
Mapuche
Año Nuevo Mapuche - 24 de Junio, 2015
Marri marri pu Lonko, pu Machi,
Marri marri pu Weupife, pu Ngenpin,
Marri marri pu Werken, pu Weychafe, pu Kona.
Marri marri Kompuche.
Quiero empezar mis palabras con un saludo
afectuoso a todo el Pueblo
Mapuche y expresar mi más
cordial felicitación por
este Wiñoy Xipantu. También quiero hacer una reflexión
sobre la situación actual
que atraviesa nuestro
pueblo.
Observamos un ambiente en los medios sociales que denota un creciente entusiasmo por parte del Pueblo Mapuche en mantener nuestros valores culturales como una muestra de nuestra identidad nacional que sigue vigente y se proyecta optimista hacia el futuro. La literatura, la música, la pintura y el uso de las vestimentas tradicionales durante fechas o actividades especiales, algunas con innovaciones propias de nuestros tiempos actuales, y la promoción del mapuzugún
y ceremonias religiosas o
de otra índole son muestras de que la cultura
mapuche -además de ser
original y hermosa- está viva, echando por
tierra la noción de aquellos que sostienen que las repúblicas son unitarias y que su
nación es una sola.
Naturalmente, esta festividad
está enraizada dentro de la cosmovisión y la cultura de muchos pueblos de
Indo-América -o Abya Yala-desde tiempos inmemoriales.
Y es precisamente por este fuerte enraizamiento que ha fracasado estrepitosamente cualquier esquema de aculturación por parte de los estados ocupantes que promovían su extinción. El proceso de asimilación cultural
de carácter colonialista tuvo efectos solo transitorios y la prueba es el
panorama optimista que cada
día se revitaliza más y que es propio de un pueblo digno y de nobles ideales.
Importante también es señalar
las decenas de miles de ciudadanos
mestizos que hoy se identifican
con sus raíces indígenas y
se suman y defienden los derechos de los pueblos originarios.
La
historia relatada por la
élite política y militar
que planificó, ejecutó y posteriormente justificó la ocupación del territorio
del Estado Mapuche está cada vez
más cuestionada, ya no solo
por los mapuches, sino por
los propios historiadores y
eruditos que superaron la
barrera del pensamiento racista post-independentista que
no distinguieron entre la propaganda
de guerra y los hechos históricos científicamente comprobables.
Los numerosos trabajos de investigación que se realizan dentro de los países concernientes y en las Naciones Unidas sobre el pasado histórico jurídico de la Nación Mapuche prueba lo que la Casa Real ha venido sosteniendo desde la ocupación de nuestro Reino.
Dicha ocupación se condujo en contravención de todas las normas internacionales establecidas entonces y que hoy, a pesar de los avances obtenidos
con respecto a los derechos
de los pueblos colonizados, la republicas
de Argentina y Chile siguen vulnerando.
El racismo y la discriminación
racial que sufren los mapuches, ya sea en el quehacer cotidiano o a través de los medios de comunicación que abiertamente dan tribuna a elementos racistas, se efectúan con la condescendencia
de las autoridades gubernamentales.
Un ejemplo de esa falta de tolerancia fue la prohibición del izamiento de la bandera Wenufoye en la comuna de Temuco ubicada en el territorio
ancestral de la Nación Mapuche. El Sr. Alcalde de
Temuco debería entender que
su actitud hiere sensibilidades y hacer un examen
de conciencia honesto sobre
los derechos legales e históricos que asisten a los que
se sienten representados en
esa bandera.
Hay
que subrayar que el relato
de la historia construida por
quienes ganaron la guerra, que incluye el odio a los pueblos originarios
que resistían y defendían
su territorio durante la “Pacificación de la Araucanía” y
las “Campañas del Desierto”, no ayuda a prevenir los abusos raciales. El maniqueísmo histórico en el que
los vencedores redujeron la
invasión armada a un problema
de “civilización contra barbarie” lleva
consigo los términos peyorativos y las vejaciones
contra el pueblo vencido que aún
hoy día se sigue trasmitiendo en la enseñanza escolar como metodología
para justificar la ocupación
y el genocidio. Estas son técnicas de adoctrinamiento propagandísticas intolerables que
crea una sociedad racista y actitudes xenófobas que estimulan el desprecio por la cultura de los pueblos originarios, obstaculizando crear un clima de paz social y de convivencia pacífica entre ambas culturas.
Todo ello señala
la necesidad de un mayor esfuerzo de acercamiento, tanto de parte de los mapuches mismos
como de la sociedad en su conjunto. Hay que contar los hechos históricos tal y como sucedieron
para educar en la verdad a
la sociedad civil de Chile y Argentina y a la opinión pública internacional. Este mutuo entendimiento ayudaría a que no
se violasen las convenciones
internacionales que sancionan
dichas prácticas, ratificadas por ambos países, y a un mayor respeto a la diversidad cultural que debe existir en un estado democrático.
Sobre
la situación actual es
importante destacar la importante contribución
que realizan delegados
mapuches en el exterior -en particular
en Naciones Unidas. Hay que
destacar las diversas iniciativas llevadas a cabo por organizaciones
solidarias con la causa mapuche con base en Europa y
la conferencia paralela organizada por Auspice Stella durante las sesiones del Consejo de Derechos Humanos en marzo pasado. La coordinación de organizaciones como Auspice Stella, Enlace Mapuche Internacional
y la Misión Permanente Mapuche ante la ONU en cooperación con organizaciones y comunidades mapuches y no-mapuches del
Wallmapu han probado su utilidad al cumplir con eficacia la labor de visualización y defensa del conflicto mapuche. Los diversos informes presentados en
los diversos Comités de la ONU y las intervenciones en el propio Consejo de Derechos Humanos no han pasado desaparecidas en ese alto foro internacional.
En
este sentido también hay que destacar las manifestaciones en diversas ciudades europeas y frente al Tribunal de La Haya por
jóvenes mapuches exigiendo
el respeto de los tratados internacionales celebrados por el Estado Mapuche y la república de Chile, lo cual logró cobertura
internacional. Igual de
importante son las diversas reuniones
en Chile y en el Wallmapu de líderes
mapuches que discuten la creación
del auto gobierno en conformidad con la Declaración de
la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
En estos momentos en el que el
pueblo Mapuche celebra la renovación
de un nuevo ciclo solar y un nuevo año de esperanzas -y seguramente de frustraciones- también se percibe en
el horizonte un nuevo ciclo de lucha por la restitución de las tierras
ancestrales, la preservación del
medio ambiente y la defensa
del resto de derechos que
le asiste como pueblo. Un problema pertinaz que debemos enfrentar es la destrucción del medio ambiente y los ecosistemas en ambos lados de la Cordillera de
Los Andes; en particular en el Puelmapu
y en aquellas comunidades ubicadas cerca de los yacimientos mineros, de hidrocarburos o adyacentes a los monocultivos y agro-tóxicos, que están sufriendo los efectos de la contaminación de
las aguas que no solo afecta
a las personas sino también
los animales.
Hay
que lamentar que las protestas pacíficas
contra la contaminación y la restitución
de sus territorios se están
criminalizando y hasta se amenaza con introducir la Ley Antiterrorista.
Martín
Maliqueo, Relmu Ñamku y Mauricio Rain, miembros de la Comunidad Winkul Newen, están
siendo procesados injustamente y se cierne sobre ellos la espada de Damocles de largas condenas. Su único delito fue
invocar el respeto al Convenio 169 de la OIT que señala
términos de consulta previa
libre e informada antes de llevarse
a efecto actividades comerciales y de explotación en
sus territorios ancestrales, en este caso por la empresa
petrolera Apache. Los dirigentes
y autoridades mapuches han denunciado
estos actos de persecución política y judicial para socavar su lucha.
La presidenta Cristina Fernández de Kichner, señala que la base fundamental de su gobierno son
los derechos humanos, sin
embargo la realidad muestra
que hay graves violaciones
de los mismos.
Los
pueblos originarios llevan muchos años de lucha para preservar sus culturas y evitar ser desplazados,
muchas comunidades esperan
un título que les reconozca
el derecho a vivir en su territorio ancestral. La ley
26160 de Emergencia en materia
de posesión y propiedad de
las tierras indígenas, aprobada en el año 2006 y su prórroga, ha cumplido una mínima parte de su tarea hasta el día de hoy y ahora
el gobierno nacional y los gobiernos provinciales han definido
un nuevo texto de ley que pretenden ponerlo a consulta en todo el país para eludir la Consulta Indígena libre
y previa tal como está previsto
por el convenio 169 de la
OIT.
La Cumbre Nacional de los Pueblos Indígenas, que se desarrolló en
Buenos Aires los días 27-29 de mayo de 2015 y que reunió las autoridades proveniente de 25 pueblos indígenas
de 17 provincias del país, quisieron presentar las conclusiones a la
Casa de Gobierno, para que la Presidenta
de la Nación conozca la realidad que viven los pueblos indígenas. Les fue impedida la entrada por un fuerte operativo
policial y con una clara actitud racista
de parte del jefe de Gabinete y de sus empleados. Lo único que piden es respeto a la legalidad vigente: el inc. 17 del art. 75 de la Constitución Nacional, el Convenio 169 de la
OIT y la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
La falta de voluntad política de la presidenta quedó una vez
más demostrada al negarse a recibir en el palacio de gobierno a esta delegación de autoridades originarias.
Por otro lado,
la situación de los mapuches en el Gulumapu no es mejor. Además de los diversos casos de violación de los derechos humanos y las transgresiones de las normas internacionales, el abuso de poder de la policía y de las autoridades estales está a la orden del día.
Un ejemplo paradigmático es el caso del Lof Mapu
de Trapilwe en la comuna Padre las Casas –el 23 de abril-
en el que hubo heridos, detenidos y niños traumatizados por la violencia
policial en una ceremonia
religiosa mapuche. En la Comunidad
Agustín Porma de Vilcun testigos presenciales relatan cómo la policía militarizada llegó rompiendo puertas y ventanas –y sin orden de allanamiento- para llevarse a María Ñanco, dejando a sus tres hijos menores de edad aterrados y solos. Otro caso es el de Miguel Ángel Painen que perdió un ojo y quedó herido de perdigones tras disparos del Cuerpo
de Carabineros de Río Bueno,
que no solo le hirieron durante
una reunión de la Comunidad Mapuche Huilliche, Marriao Collihuinca sino que también fue esposado,
detenido y acusado de un delito de usurpación.
El 23
de Mayo de este mismo año,
un grupo de vecinos de la Comunidad Autónoma de Likankura quisieron reunirse con personal administrativo de la empresa Forestal Mininco S.A., ubicada entre las comunidades de Collipulli y Mulchen. El motivo de queja era los ruidos nocturnos que impide que los vecinos duerman con tranquilidad. Sin embargo, los miembros
de la empresa forestal llamaron a la policía quienes agredieron con inusitada violencia a los comuneros que recibieron perdigonazos de acero. Una mujer embarazada de seis meses, entre otras, fue herida
en el suceso.
Estos son solo un par de ejemplos de
la situación que viven numerosas comunidades mapuches donde la justicia, los derechos humanos y el estado de derecho en general son continuamente vulnerados por las autoridades del estado.
Finalmente, para despedirme quisiera reiterar pasajes de mi discurso pronunciado con motivo de mi último aniversario el 21 de marzo pasado: “la soberanía de la Casa Real de Araucanía
reside en el Pueblo Mapuche, el Príncipe no es más que el custodio, el guardián, el defensor y el servidor, pero a pesar de todo, como mi predecesores, voy a mantener este patrimonio sagrado hasta que la Nación Mapuche se restablezca en toda la plenitud de sus derechos” […] “la
Casa Real de Araucanía nunca
ha renunciado a los derechos
soberanos inherentes que mantiene en el derecho internacional y por lo tanto sigue teniendo derecho a reclamar. Hoy en día su acción se expresa a través de la ONG
Auspice Stella que actúa en las instituciones
internacionales ante los órganos
competentes de las cuentas
a Chile y Argentina por sus políticas
de colonización impuestas por más de 130 años a un país ocupado, nuestra Araucanía y Patagonia”.
K’me amupe Wiñoy
Xipantu kompuche!
Antonio IV
Príncipe de Araucanía y Patagonia
Tourtoirac, Francia, el 24 de junio de 2015
Reino de la Araucania y Patagonia